Efectos del Cambio Climático en la Seguridad Alimentaria
Degustando el resabio de un delicioso café, con notas cítricas y un cuerpo bastante robusto, producido en la comunidad de Pluma Hidalgo, ubicada en la Sierra Sur del Estado de Oaxaca, México, reflexionaba si el Cambio Climático nos dejará sin alimentos, en específico sin café. Uno de los productos de mayor consumo alrededor del mundo, un alimento proveniente de la tierra y de producción local.
La Declaración Universal de Derechos Humanos del ‘48 proclamó que "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, en especial la alimentación”.
Mientras que el concepto de “Seguridad Alimentaria” surge en los 70, basado en la producción y disponibilidad alimentaria a nivel global. En los años 80, se le añadió́ la idea del acceso, tanto económico como físico. Y para los 90, se llegó al concepto actual, que incorpora las preferencias culturales, y se reafirma la Seguridad Alimentaria como un derecho humano. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la seguridad alimentaria se consigue cuando “todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”.
El Informe especial sobre uso de suelo y cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2019), refiere que “la degradación de la tierra socava su productividad, limita los tipos de cultivos y merma la capacidad del suelo para absorber carbono. Ello exacerba el cambio climático y éste a su vez, exacerba la degradación de la tierra de muchos modos distintos”. En concreto el cambio climático esta acabando tanto con las tierras como con los cultivos, teniendo una afectación directa a la producción de alimento y vulnerando el derecho humano a la alimentación.
En el informe se observa que el cambio climático afecta cuatros sectores de la seguridad alimentaria: la disponibilidad (producción de alimento), el acceso (precios y capacidad económica para obtener alimentos), utilización (nutrición y preparación de alimentos) y estabilidad (alteraciones de la disponibilidad). El cambio climático amenaza la calidad y producción no solo del café, sino de la mayoría de alimentos tales como cereales, frutas, legumbres, verduras y los obtenidos de origen animal, aumentando la vulnerabilidad, impactando en la productividad, en los precios y por ende disminuyendo ingresos en economías locales.
Surge ante la Crisis Climática la necesidad de gobiernos locales por buscar políticas públicas de transición a la producción de alimento de manera sostenible y procurar sí el derecho a la alimentación, pero sobre todo el derecho a estar protegidos contra el hambre. Distintos efectos del Cambio Climático serán en función del país, pero las consecuencias más drásticas en los países de ingresos bajos de África, Asia, América Latina y el Caribe.
El Estado tiene la obligación de asegurar, por lo menos, que las personas no mueran de hambre, lo que está intrínsecamente asociado con el derecho a la vida. Cabe señalar que los derechos humanos son interdependientes, es decir están vinculados entre ellos y son indivisibles, no pueden separarse o fragmentarse unos de otros. Todos los derechos humanos, deben comprenderse como un conjunto. Ello implica que el goce y ejercicio de un derecho está vinculado a que se garantice el resto de derechos, así́ como la violación de un derecho pone también en riesgo los demás derechos. En ese sentido, una crisis de alimentos significaría un grave problema para la seguridad alimentaria, pero sobre todo significaría una grave crisis de derechos humanos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos considera que, entre los derechos particularmente vulnerables a afectaciones ambientales, se encuentran los derechos a la vida, integridad personal, vida privada, salud, agua, alimentación, vivienda, participación en la vida cultural, derecho a la propiedad y el derecho a no ser desplazado forzadamente. Algunos de los cuales por su masividad asumen carácter de máxima gravedad. Es por ello que los Estados deberán hacer todo lo posible por promover un disfrute pleno del derecho de todos a tener alimentos adecuados, en otras palabras, las personas deberían tener acceso físico y económico en todo momento a los alimentos en cantidad y de calidad adecuadas para llevar una vida saludable y activa.
El cambio climático es uno de los problemas ambientales más graves al que se enfrenta el mundo, amenaza a las tierras, comprometiendo la producción de alimentos y el bienestar de la humanidad. Es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política, económica y social, que implican enormes pérdidas económicas. En conclusión, existe hoy una gran necesidad como sociedad en alimentarnos, en cuidar los ecosistemas, la biodiversidad, y al mismo tiempo mitigar los efectos del cambio climático. La forma en que se utilicen las tierras es clave para entender cómo garantizar la seguridad alimentaria, mitigar los efectos del cambio climático, y en evitar una crisis de derechos humanos.
Por ello el uso más sostenible de la tierra, la reducción del consumo excesivo y el desperdicio de alimentos, la eliminación de la tala y la quema de bosques, la prevención de la recolección excesiva de leña y la reducción de las emisiones deben ser prioridad si queremos seguir gozando de los productos que la tierra nos brinda. Porque ¿Quién se preocuparía por el consumo suntuario del café? ante un escenario con una progresiva reducción en la producción de alimentos, en la búsqueda por garantizar nuestra seguridad alimentaria.