La crisis climática es una crisis de Derechos Humanos
Para nadie es nuevo que el Cambio Climático es la mayor amenaza que enfrenta hoy la humanidad. Afecta a todas las regiones en todo el mundo, tiene efectos devastadores sobre el planeta y sobre las personas. Sus efectos extremos como los huracanes, inundaciones, sequías, derretimiento de los casquetes polares, erosión de los suelos, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos, el incremento de las temperaturas, y el aumento del nivel del mar, se están volviendo cada vez de mayor frecuencia e intensidad.
Los efectos del Cambio Climático ya están poniendo en peligro los Derechos Humanos, y es que de acuerdo con la opinión consultiva número 23 sobre medio ambiente y derechos humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos establece que: entre los derechos particularmente vulnerables a afectaciones ambientales, se encuentran los derechos a la vida, integridad personal, vida privada, salud, agua, alimentación, vivienda, participación en la vida cultural, derecho a la propiedad y el derecho a no ser desplazado forzadamente.
Siendo también vulnerable el derecho a la paz, puesto que los desplazamientos causados por el deterioro del medio ambiente con frecuencia desatan conflictos violentos entre la población desplazada y la instalada en el territorio al que se desplaza. En concreto el cambio climático ya está afectado la vida de las personas, el ejercicio de sus derechos y los ecosistemas de los que dependen, exacerbando la desigualdad, ya que sus efectos se acentúan de manera desproporcionada en los países y segmentos de la población que ya se encuentran en desventaja.
Si algo podemos aprender del actual escenario catastrófico del coronavirus, es el actuar preventivo de las autoridades y la participación activa de los ciudadanos. Y es que resultará imposible garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos ante escenarios de comunidades enteras sufriendo escasez de agua, la falta de alimento o la perdida de cultivos. Tan solo, basta observar el incremento de la temperatura en las ciudades con miles de ciudadanos sufriendo de estrés térmico, ¿Quién puede garantizar a las personas el dejar de sentir calor extremo? ¿Cuál es el protocolo para el escenario en que el patrimonio de los habitantes se vea lastimado por las inundaciones?, para el momento en que la tierra sea tragada por el mar o se amanezca sin empleo, simplemente por que el lugar de trabajo ya no existe.
La crisis climática es una crisis de derechos humanos porque afecta directamente los derechos de las personas, poniendo en peligro su salud, su vida y el bienestar en general. La realidad es que el problema es demasiado importante para dejarlo solo a los gobiernos, el problema es de todos. Afortunadamente la cara del ambientalismo está cambiando, y es que el cambio climático es un problema de la comunidad económica, de grupos religiosos, de sindicatos, de grupos de mujeres, de estudiantes, etc.
La acción climática debe ser coherente con las obligaciones, los estándares y los principios de derechos humanos. Los Estados tienen la obligación de respetar, proteger, hacer efectivos y promover todos los derechos humanos para todas las personas. Y para respetar de manera efectiva las obligaciones de derechos humanos, las medidas climáticas deben ser también participativas, atender a las consideraciones de género, contar con recursos adecuados y proteger los derechos de todas las personas, en particular aquellas en situación de vulnerabilidad.
¿Cuál será el escenario que nos espera en 2050 con casi 9 mil millones de personas existiendo en el planeta?, sin duda inevitablemente se tratara de un mundo limitado por el clima, pero que podría ser mucho mas igualitario y más justo en términos de salud, empleo, seguridad, si se toman acciones preventivas en la actualidad. La historia juzgará la respuesta de nuestra generación al desafío del cambio climático, y el futuro agradecerá que se hayan tomado decisiones que marcaron la diferencia, que pusieron al mundo en el sendero correcto.