La Lucha por la voz de los Pueblos Indígenas, entrevista con la indígena Lickanantay Jacqueline Ávil
- Ileana Lara (Paso Verde A.C.)
- 6 abr 2020
- 3 Min. de lectura
La vigésimo quinta Conferencia de las Partes por el Cambio Climático (COP25) se desarrolló en Madrid del 2 al 13 de diciembre del pasado año, tras ser trasladada desde Chile a causa del estallido social. Aunque las COP a lo largo de los años nos han traído avances importantes, como el Acuerdo de París, muchos opinamos que el evento no está a la altura de lo que predica en temas de inclusión, ambición climática y justicia social.

Dentro de este grupo se encuentra Jacqueline Ávila Vilca, mujer
indígena Lickanantay de San Pedro de Atacama, Chile; presidenta de la organización “Consejo de Mujeres y dos Espíritus Lickanantay”, y dirigente desde los 16 años. Ella ha tenido la oportunidad de asistir a tres de estas importantes conferencias y ha accedido a compartirnos sus experiencias y opiniones.
Estructura de la COP, Invisibilización y Exclusión
La COP está integrada por los Estados (Partes), las empresas y la sociedad civil; y el evento se divide en dos zonas: la zona verde y la zona azul. En la zona azul se llevan a cabo las negociaciones, dirigidas por los Estados y grandes empresas; y para Jacqueline, esta exclusión tiene el fin de guardar apariencias y evitar reclamos.
Parte de la sociedad civil logra entrar a la zona azul, aunque únicamente como observadores. Estos pueden opinar, más no votar en las negociaciones abiertas y no entran a las negociaciones cerradas, exclusivas para la acreditación de Países Parte. Jacqueline ha estado en las negociaciones como País Parte y afirma que en estas mesas a lo mucho el 10% son mujeres y cuando hablan, suelen ser ignoradas. La COP está lejos de la paridad de género y Jacqueline siente que aún somos vistas como un “objeto de diversión” cuya opinión no es valorada.
Otro grupo “mutilado” son los indígenas. Jacqueline ha visto y vivido discriminación mediante invisibilización, exclusión y el uso de la fuerza. Tan sólo en esta COP, mujeres indígenas fueron golpeadas durante una protesta y a ella intentaron correrla de una reunión. La prensa también forma parte de la discriminación, ya que excluye de sus notas las acciones y voces indígenas.
Los testimonios de Jacqueline dejan ver que la lucha en contra de la discriminación, la invisibilización y la inequidad de género, es más grande aún, pues ocurren en el mismo organismo cuya finalidad es combatirlas.
La deuda a los indígenas Latinoamericanos

Otro punto a tomar en cuenta en esta COP es el cambio de sede de último momento de Chile a España. Éste supuso un fuerte golpe para las y los Latinoamericanos. Los viáticos ya pagados no fueron reembolsados y pocos miembros de la sociedad civil pudieron cubrir el gasto doble. Jacqueline cree que este cambio fue intencional, ya que los países de América Latina están protestando y “mantener la COP en América Latina, como correspondía, hubiera movilizado a toda la región y hubiéramos armado una protesta tal, que la COP se hubiera firmado a favor de la sociedad civil”.
Esto se vio reflejado durante la protesta que organizaron las y los Latinoamericanos el último miércoles del evento; en el que se manifestaron de manera pacífica para exigir resultados a los líderes mundiales con un tradicional cacerolazo. La respuesta de la guardia de la ONU fue excesiva, sacando por la fuerza a las y los observadores aunque no estuvieran el la protesta, impidiendo su ingreso e incluso llegando a la violencia física, al golpear a dos mujeres indígenas.

La Cumbre de las Partes debe ser un ejemplo de respeto, valorización y representatividad de todos los grupos vulnerados por la crisis climática actual, y debería tener la responsabilidad de incluirlos en las tomas de decisiones que tanto les afectan, en lugar de violentarlos.
Este año, al menos, se ingresaron puntos importantes en equidad y paridad de género y, por otro lado, el grupo de Jacqueline planteó convertir a las Naciones Indígenas del Mundo en un cuarto interesado: “Así seríamos 1) Estados, 2) empresas, 3) sociedad civil y 4) Naciones Indígenas del Mundo, para sentarnos en las negociaciones, poder definir nuestros destinos y lograr proteger la naturaleza.”.
Esta cooperación/ de intereses contemplaría no sólo los derechos humanos de los grupos vulnerados, sino que se alinearía completamente a los objetivos mundiales para la sostenibilidad (Objetivos de Desarrollo Sostenible), pues, como bien dice Jacqueline:
“Las Naciones Indígenas somos el 5% de las personas, pero protegemos el 80% del planeta. ¡No somos pueblos indígenas defendiendo la naturaleza, somos la naturaleza defendiéndose!”.
*Para leer las declaraciones completas de Jacqueline Ávila Vilca, visiten la página www.pasoverde.org