Taxonomías de Finanzas Sostenibles: Clave para una reforma financiera sostenible en LAC
Por: Sandra Guzmán/Dani Valdovinos
A nivel internacional se habla de la necesidad de avanzar cada vez más hacia la mitigación y la adaptación al cambio climático, así como hacia la protección de la biodiversidad. Sin embargo, surgen interrogantes sobre ¿qué se considera una inversión en mitigación y/o adaptación? Por ello se plantea la necesidad de crear clasificadores que faciliten la identificación de estas inversiones, y de ahí se deriva la importancia de contar con taxonomías al respecto.
En este contexto, realizamos el conversatorio titulado: "Taxonomías de Finanzas Sostenibles: ¿Una herramienta clave en la reforma del sistema financiero?", adquiere un papel relevante. Este evento, fue celebrado el 6 de septiembre como parte de los Diálogos Ciudadanos Rumbo a la COP 28, forma parte de una iniciativa coorganizada por GFLAC y diversas organizaciones aliadas que buscan impulsar la transformación del sistema financiero en respuesta a los desafíos planteados por el cambio climático. Este conversatorio proporciona un espacio crucial para debatir y definir las taxonomías necesarias en el contexto de las finanzas sostenibles, contribuyendo así a la comprensión y la implementación de inversiones de mitigación y adaptación en el ámbito internacional.
Durante la sesión, Sandra Guzmán, directora general de GFLAC, habló sobre lo importante que es tener un lenguaje común cuando se habla de financiamiento e inversiones sostenibles, y lo importante que pueden ser las taxonomías sostenibles si se establecen en forma clara, participativa y regulada, sin embargo, existen retos que es necesario considerar para evitar lo que las taxonomías quieren evitar que es el greenwashing.
Por su parte, Adriana Bazán Fuster, Asociada Senior de financiamiento climático en CCAP, proporcionó una visión general de las taxonomías sostenibles, que se entienden como mecanismos de clasificación que ayudan a identificar y categorizar activos, proyectos, inversiones y actividades financieras con impactos positivos en el medio ambiente y en la sociedad, utilizando indicadores y criterios. Estas taxonomías buscan brindar mayor claridad, seguridad y certeza a los mercados mediante definiciones consistentes, creando una clasificación lo más unificada posible y basada en la ciencia para determinar qué actividades económicas e inversiones son positivas y cuáles no.
Por su parte, Sara Hernández, Coordinadora Regional de la Iniciativa de Regulación Financiera Verde de WWF, destacó la importancia de ver el proceso de construcción de una taxonomía como multifacético e interdisciplinario. Explicó que, en la creación de estos mecanismos, una institución gubernamental debe establecer el marco regulatorio, junto con las instituciones financieras, la sociedad civil y la academia para hacer de los procesos unos más participativos y efectivos. Enfatizó el proceso para el desarrollo de la taxonomía en Colombia que fue la primera en la región, cuyo fundamento fue la taxonomía europea, primera en el mundo.
En seguida, Ana Citlalic González, Cofundadora de Planisphera, compartió el caso de la taxonomía en México y lo innovadora que fue al integrar no solo aspectos ambientales, sino también sociales, haciéndola una taxonomía verdaderamente sostenible. Comentó que, en el caso de México, se requirió un análisis para establecer un marco metodológico que cumpla con las salvaguardas mínimas establecidas en los compromisos internacionales y que sea compatible y comparable con otras taxonomías existentes. Sin embargo, también subrayó que las taxonomías en Latinoamérica y en cada país deben responder a las necesidades más apremiantes de los países.
Finalmente, el coordinador Económico de Cambio Climático y Energía y Medio Ambiente en CLAPES de la Universidad de Chile, Luis Gonzales, abordó los desafíos más relevantes para los países latinoamericanos en la creación de su taxonomía sostenible. El primero es la compatibilización de las directrices con los contextos nacionales y los procesos internacionales. El segundo es el establecimiento de incentivos, para que los actores eviten el greenwashing. Finalmente, mencionó la importancia de mejorar la información, para tomar mejores decisiones de inversión considerando los retos de desarrollo y productividad de los países.
Se concluyó que las nuevas políticas de taxonomía sostenible deben basarse en las experiencias de otros países, para no comenzar desde cero, pero que es importante adaptarlo a los contextos nacionales. Esto implica no solo recuperar perspectivas gubernamentales, sino también incorporar a las instituciones del sector privado para tener indicadores claros que permitan que estos mecanismos sean operables. También se destacó la necesidad de que sean reguladas y eventualmente obligatorias para todas las partes y así generar condiciones justas para asegurar el éxito de su uso. Además, se señaló que, si bien son herramientas clave para avanzar hacia una mejor gobernanza y una mejora en la información relacionada con el medio ambiente, es esencial considerarlas como parte de un conjunto de medidas y no como una solución única, ya que no serán suficientes para transformar los sistemas financieros.
Agradecemos la valiosa contribución de todas las personas participantes e interesadas en este tema tan relevante. Te invitamos a visitar este seminario en nuestras redes sociales y a estar pendiente de futuras actividades relacionadas con el tema para formar parte de las próximas conversaciones.
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